En el mes de la independencia, el gobierno de Honduras
ratificó su decisión soberana de separar de la Junta de Comandantes de las
Fuerzas Armadas al jefe de la Fuerza Aérea Hondureña (FAH), el general Ruíz
Pastor Landa, por violentar supuestamente unos protocolos internacionales que
no han sido explicados a la opinión pública. Se descarta cualquier presión de
Washington a raíz del derribo de unas narco avionetas en la nororiental región
de Olancho.
Tegucigalpa niega que la visita del jefe del comando sur
de Estados Unidos, Douglas Frasser, en la residencia particular del presidente
Porfirio Lobo, en presencia de la embajadora de Estados Unidos, Lisa Kubiske,
sea el motivo que originara la
separación del general Ruíz Pastor Landa, considerado uno de los hombres más
profesionales y honestos de las Fuerzas
Armadas.
El presidente Lobo Sosa dijo que Frasser solo expresó “preocupaciones”,
pero que Honduras era soberana de hacer los cambios correspondientes. La nota del ministro de la Defensa, Marlon
Pascua, ratifica esta “independencia”, pues comunica a la Cancillería la
decisión soberana para que la oficialice a Washington. Conste, no es
injerencia, son diálogos diplomáticos de rigor.
En la nota del secretario de la Defensa se menciona la
cita entre los emisarios diplomáticos de Washington y el número uno de la Casa
de Gobierno.
La separación de Pastor Landa aún no se entiende, pero en
las perras del mes de septiembre se dice que en el derribo de las avionetas
presuntamente con drogas venían agentes infiltrados de la agencia antidrogas de
Estados Unidos, la DEA.
También se afirma, como los cuentos chinos, que Tegucigalpa
tras la separación forzada—perdón soberana—del general Pastor Landa, analiza
pedir a Washington, en reciprocidad, la separación del secretario de la Defensa
de Estados Unidos, León Panetta.
La separación de Panetta, estaría ligada, al parecer, a la participación
de supuestos agentes de la DEA en el
tiroteo hecho a varios integrantes de una embarcación misquita, a quien
confundieron con narcotraficantes. Los gobiernos de ambos países guardan silencio
al respecto.
Otra de las causas porque Honduras pediría la dimisión de
Panetta es por los constantes vuelos—no reportados—que agentes de Estados
Unidos hacen en la zona de La Mosquitia, a donde el presidente Lobo viajó
recientemente para ejercer soberanía con títulos de propiedad.
La determinación catracha de aplicar la reciprocidad y
las relaciones de respeto entre Estados democráticos, respetuosos de la
institucionalidad y el Estado de Derecho—como son Washington y Tegucigalpa—fue tomada
por funcionarios de rango intermedio cuando se izaba la bandera de Honduras, la
madrugada del sábado 1 de septiembre, y a cuyo acto no asistió ninguno de los
presidentes de los tres poderes del Estado de Honduras.
Será un punto de acta del próximo Consejo de Ministros,
en donde la voz cantante de la soberanía y la responsabilidad compartida, pero
diferenciada, la tendrá la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Pero Panetta, sostienen los cuentistas hondureños, no
debe temblar, porque será hasta que Honduras cuente con su primera “Ciudad
Modelo” cuando la responsabilidad compartida, pero diferenciada, se hará
efectiva. Son las perras de Septiembre, si se lo creyó, le digo que soñar no
cuesta nada.
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