Siete son los
grandes enemigos que enfrenta el periodismo en Honduras, asfixiado por las
amenazas, intimidaciones, la censura sutil y directa, los atentados y los
asesinatos. Todos ellos operan en colusión con autoridades contaminadas que se
encargan de alimentar la impunidad.
Estos enemigos
son el crimen organizado, pandillas y narcotráfico; la corrupción, los
funcionarios, policías y militares corruptos; los políticos, los grupos de
poder y los grupos de izquierda.
Así los
definieron 81 periodistas de Tegucigalpa, en un sondeo de opinión elaborado por
diario El Heraldo, cuyos resultados fueron presentados por su director, el
periodista Carlos Mauricio Flores, en la reciente conferencia de la Sociedad
Interamericana de Prensa (SIP) y la Asociación de Medios de Comunicación (AMC) sobre
“Seguridad, protección y solidaridad para
la libertad de expresión”.
En su
disertación, el destacado periodista Flores dijo que el sondeo había sido
elaborado a periodistas-reporteros de los medios de comunicación radiales,
escritos, televisivos y digitales. Para descartar cualquier mal interpretación
aclaró que de los 81 periodistas consultados, solo cinco fueron del diario El
Heraldo. Se consultó a comunicadores sin discriminación alguna ni sesgo,
explicó el director del citado diario.
La consulta
rápida hecha por los colegas de El Heraldo me encantó porque dio voz a los
periodistas, quienes en seis preguntas relativas a la temática que rigió la
conferencia de la SIP y la AMC, midieron sus riesgos y fueron claros en los
mensajes enviados a los medios de comunicación del país, el gobierno y al
Estado en general.
Me causó sorpresa
ver que entre los predadores de la libertad de expresión identificados por los
periodistas se destacara a los grupos de
izquierda, y solo puedo atribuir este hecho a la forma en que los reporteros se
han sentido agredidos en sus coberturas noticiosas por algunos activistas o líderes
de estos sectores, que deben tomar esto como una “alerta temprana”.
¿Se siente en
libertad para informar sobre corrupción, narcotráfico y crimen organizado?, fue
una de las preguntas hechas a los colegas. Un 64 por ciento dijo que NO y un 30
por ciento “un poco”. Apenas un 2 por ciento dijo sentirse con “mucha libertad”,
el resto no contestó.
¿Recibe de su
medio medidas de seguridad y protección que le permiten ejercer el periodismo
con libertad?, era otra de las interrogantes. Un 83 por ciento dijo que NO
mientras un 12 por ciento dijo que SÍ, el resto no contestó.
¿Discuten en las
redacciones temas como autoprotección y seguridad en coberturas de alto
riesgo?: 43 por ciento respondió que SÍ, pero muy poco; 33 por ciento que SÍ y
bastante, un 22 por ciento dijo que nada y el resto no contestó.
¿Promueve sus
medios valores éticos y calidad periodística?, se les interrogó y un 76 por
ciento dijo que SÍ; un 15 por ciento que NO y el resto evitó responder.
¿Qué condiciones
pueden ayudarle a ejercer el periodismo con mayor seguridad?, se les consultó y
sus respuestas fueron: Seguridad ciudadana, jurídica y no impunidad (29%),
apoyo del Medio de Comunicación (seguro de vida y mejores salarios 27%), protección
del Estado y políticas públicas (20%), Calidad periodística (valores, ética,
respeto a fuentes 11%); unidad del
gremio (7%) y la autocensura (3%).
Los periodistas
también pidieron a sus medios crear protocolos de seguridad en sus redacciones
y para el personal clave de la Redacción, definir códigos de ética, definir
reglas claras cuando se hagan coberturas de alto riesgo; mejorar sistemas de
logística, autorregulación, salarios y seguridad social, estándares de calidad
periodística bajo el rigor de la ética y el profesionalismo, así como
acompañamiento en la lucha permanente contra la impunidad.
¿Qué pueden hacer
los periodistas?, en su tarea de corresponsabilidad, se les preguntó. Ellos
dijeron: ser periodistas y menos activistas, medir riesgos en coberturas,
acudir a las instituciones de derechos humanos a brindar testimonios cuando se
sientan amenazados o en riesgo, mantener el respeto y la distancia con las
fuentes, la ética en el ejercicio profesional y debatir en torno a la figura
del Ombudsman de la Prensa.
El Gobierno y el
Estado, a su vez, deben definir políticas públicas que protejan la libertad de expresión, esclarecer los
asesinatos de periodistas y comunicadores, atender recomendaciones de Naciones
Unidas en materia de libertad de expresión, garantizar el acceso a la
información pública, atender los casos urgentes de periodistas amenazados,
luchar de frente contra la impunidad y la corrupción.
Esta es la visión
de la prensa que identifica a los enemigos que considera atentan contra la
libertad de expresión y el derecho a informar, mide sus riesgos, señala las limitaciones
en sus medios, al tiempo que atisba algunos caminos de solución conjunta si
cada quien cumple el rol que le corresponde. ¿Sencillo verdad?
No hay comentarios:
Publicar un comentario