Para levantar la modorra que nos provocan las fiestas de verano y
las tradiciones religiosas de Semana Santa, les propongo sumergirnos por
un rato en el mundo de los cuentos y leyendas de los políticos, que a
falta de propuestas para captar nuestra simpatía electoral, recurren a
las anécdotas de nuestros padres, abuelos y tíos sobre “La Sucia”, “La
Siguanábana”, “El Sisimite”, “El Cadejo”, entre otros más.
Teófilo Trejo, alias “Teofilito”, conocido por sus “perras o
anécdotas” está siendo desplazado por los políticos que intentan
arrebatar risas y sonrisas a los hondureños. Y así nos encontramos con
frases como “¿Quién dijo miedo?” para introducirnos al fascinante mundo
del ilusionismo de la mano de la figura de El Sisimite, un personaje que
de acuerdo al historiador hondureño Jesús Aguilar Paz, habita escondido
en las altas montañas, gusta de las mujeres lindas a quienes roba para
procrear hijos medio hombre y medio simios.
Nadie ha visto su rostro, pero dicen que se parece al hombre de las
nieves y al Yeti del Tibet. En la película, “La momia tres” aparece los
Yeti. Así más o menos sería el Sisimite, cuyo hospedaje se lo disputan
las tierras del occidente de Lempira y el norte de Yoro. ¡Vaya usted a
saber!
Lo cierto es que el Sisimite está de moda. También “La Sucia” que
enamora a los hombres mujeriegos y los pierde por parajes insospechados y
pueden volverse locos sino se percatan a tiempo del hechizo.
Acerca del Sisimite, un compañero y colega de occidente me comentó
que la leyenda afirma que éste no puede ser muerto con ninguna arma de
fuego o blanca. Sólo un tizón de ocote clavado en el centro del estómago
lo puede matar. Esa parte del cuento, aun no la escuchamos a nuestros
políticos, a quienes como fiel oyente de la radio, sigo sus cuentos y
leyendas para ver en que momento aparece mi héroe favorito: Kalimán, el
hombre increíble. ¿Se acuerdan?
A medida que caliente la campaña y las fábulas prosigan su ritmo
para distraer la atención sobre los esencial de los problemas de
Honduras y sus opciones de salida, no debe extrañarnos que esta disputa
de cuentos y leyendas, surja otro político del sur, del oriente, norte y
centro del país para llevarnos al mundo de “El come
lenguas”, “El Picudo”, “El Gritón”, “El lagarto de oro”, “Los Cíclopes”,
“El Duende” y “El Timbo”. Todos ellos se mueven entre las zonas del
Caribe Misquito, la costa atlántica, el centro del país,
en Texiguat y Sabanagrande, así como en la zona sur, según los
historiadores y los testimonios de gente que preserva la tradición oral
en Honduras.
Como verán, hay para todos los gustos y pa´ todos los políticos. No
se amontonen, el siglo XXI y las redes sociales también dan para el
folclor.
¿Quién dijo miedo?
Quizá por ello, el presidente Lobo decidió suspender sus vacaciones
en las pampas olanchanas y del vino de coyol para asistir a uno de los
espectáculos del ilusionista, David Copperfield, quien con sus trucos ha
hecho creer a sus espectadores que atraviesa la muralla China o
desaparece la Estatua de La Libertad. Es la era del Sisimite,
bienvenidos al realismo mágico político hondureño.
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