lunes, 9 de enero de 2012

Golpe al “Chapo” Guzmán

En algún lugar de las montañas mexicanas o de Centroamérica, en donde se encuentre reposando, protegido por autoridad alguna, Joaquín Guzmán Loera, alias “El Chapo” Guzmán, uno de los narcotraficantes más buscados en el mundo, la noticia le habrá caído como balde de agua fría: no puede ingresar a Honduras si no paga 34 dólares como parte de las nuevas medidas de seguridad nacional aprobadas por el gobierno y refrendadas, a medianoche, por el Congreso Nacional.
Por cualquiera de los 22 puntos fronterizos por donde quisiera entrar a visitarnos “El Chapo” Guzmán, debe pagar 34 dólares por entrar y salir del país, en vista de que la nueva medida busca evitar que los narcotraficantes, sicarios, lavadores de activos, corruptos, delincuentes, secuestradores y otros más lleguen a Honduras como si el país fuese un potrero. Así nos los explican los impulsores de esta nueva carga impositiva, que catalogan en esa misma línea a todos los hondureños y extranjeros que ingresen al país, porque todos pagan por igual; es decir, justo por pecadores.
La decisión de darnos mayor seguridad radica, según las explicaciones preliminares, en que ahora habrán máquinas para detectar a quien ingrese o salga del país si su huella dactilar, su rostro o sus ojos, posee un chip oculto que diga: “soy narcotraficante”, “soy sicario”, “soy ladrón” o “soy lavador de activos”. Ni los Transformes en su última película pudieron desarrollar tan impresionante paso tecnológico.
La policía nacional no tendrá de qué preocuparse porque los delincuentes le serán llevados en charola de plata. Y no tienen porqué imitar esa medida a lo interno de su organización porque ahí nadie es capo, pícaro, corrupto, extorsionador, secuestrador, roba carros o asesino, ya que ahí lo único que se cometen son “faltas graves”. Por eso son desechados.
De esta suerte, “El Chapo” Guzmán la tiene difícil aquí en Honduras. Presumo que tanto Washington como México pronto replicarán la medida hondureña para acabar así de un solo con la criminalidad y el delito transnacional.
El presidente Lobo, muy a su pesar, sí que está trascendiendo con estas acciones y anuncios de sus funcionarios que le llevan a la gloria, pero del ridículo. En este medio tiempo de gobierno, una revisión a su gabinete no le vendría mal.
Sin duda el 2012 comienza con buenos augurios. Entre los relámpagos a nivel nacional y el negociazo de Securiport, los impuestos “patrióticos” disfrazados y aprobados por el Congreso Nacional seguirán siendo sorpresivos para un pueblo catalogado entre los más desiguales del mundo y también menos seguro.
De momento, las buenas nuevas nos indican que podemos dormir a pierna suelta, con las puertas abiertas como en la época del extinto general Tiburcio Carías Andino, porque los capos como “El Chapo” Guzmán, la banda criminal de Los Zetas y otros tantos más no usarán más al país como potrero, sino pagan 34 dólares. En nuestra antología de lo absurdo, es lo mejor que nos ocurre, por ahora.

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