miércoles, 3 de octubre de 2012

La UNAH honra a un hombre probo


Para descargar un poco el pesado clima de atrincheramiento político que empieza a asomar en el país, me referiré a hechos relevantes que refrescan el alma y abren las esperanzas, como el reconocimiento que hiciera la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) a uno de los hombres más íntegros, comprometido y solidario con mi país: el doctor Jorge Haddad Quiñónez.
Le conocí cuando estaba al frente de la Comisión de Transición de la UNAH, cuando nadie creía en el proceso de reforma universitaria que le tocó impulsar junto a otros destacados personajes del país. Hoy la UNAH, tiene otra cara y muchos héroes anónimos que acompañan los cambios dejados por esa Comisión, profundizado por las actuales autoridades al mando de Julieta Castellanos y los miembros de la Junta de Dirección.
De una sabiduría envidiable, sencillo en el trato y con un sentido del humor como pocos, el doctor Haddad es un destacado médico que solo adentrándose en el mundo de la Medicina, uno descubre sus aportes, su compromiso con la ciencia, la academia y por ende con la humanidad.
Es un hombre de la talla y generación del doctor Ramón Custodio, Enrique Aguilar Paz, Alba Alonso de Quesada, el extinto doctor Hernán Corrales Padilla, entre otros. Gente de principios, aunque sus visiones no siempre concordaran. Ellos se han manejado con un código del Respeto que ya casi no existe en este país.
Pero ante todo, gente honesta, en un país donde la honestidad lucha por no desvanecerse en medio de la vanidad, la picardía, la adulación y la riqueza fácil sin esfuerzo alguno. El doctor Haddad no es un hombre pícaro, es un ser tan humilde que por sus principios en contra de la corrupción fue enjuiciado por denunciar irregularidades detectadas en la UNAH.
Recuerdo como si fuera ayer ese juicio oral y público en su contra. Poca gente con él—porque cuando de defender principios se trata, los aduladores se esfuman--, pero el doctor Haddad salió bien librado porque no mintió.
Si yo hubiera conocido a mis abuelos, tengo la sensación que pudieron parecerse a él. Tiene algo que encanta, quizá su inocencia e ingenuidad cuando le sorprende un mensaje de celular diciéndole: “te sientes solo, envía msj a xxx”. El día que le cayó ese mensaje, parecía niño asustado en medio de una escena fuera de dominio: ¿me puede explicar alguien que es esto que acabo de recibir, qué hago?, preguntó inquieto, al tiempo que todos reíamos, mientras le explicábamos que ignorara esos mensajes que llegan a diario y a todo mundo.
Su rostro empezó a desdibujar la preocupación que tenía y reía como niño. ¡Es un gran ser humano! Trabajador incansable, en la época de la reforma, los correos personales se inundaban de informes, consultas, convocatorias a reuniones de trabajo, en fin, un pensador incansable. Pero también le encanta compartir su gusto por la música, la literatura y las reflexiones de vida.
Su compromiso con la UNAH y con Honduras, no es de ahora. Fue parte de los reformadores cuando la toma del cuartel San Francisco en 1956 por el proceso político de la época y la defensa porque Honduras tuviera y se abriera a la democracia. El doctor Haddad también apoyó las brigadas médicas en la guerra de 1969 con El Salvador y su trayectoria de vida y compromiso con Honduras es intachable e invaluable.
En la Comisión de Transición dio un ejemplo de tolerancia, aguantó insultos, irrespetos al tirarle partidarios del sindicato universitarios bolsas de agua, fue secuestrado por las turbas sindicales de ese entonces…aguantó de todo, demasiado para alguien que solo regala sabiduría, humildad infinita y sed de conocimiento para compartir. Me alegra que la UNAH le haya honrado como se merece. Mi abrazo y cariño permanente para el doctor Haddad, un ejemplo para todos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario