miércoles, 1 de febrero de 2012

El primer paso

Tegucigalpa.  No fue fácil pero finalmente Honduras ha dado un paso para intentar revertir la ola de inseguridad que pasa por la colusión de la policía con el crimen organizado.
La muerte de inocentes, el dolor de miles de madres, parientes, amigos y esposas, junto a la valentía de una mujer que no entiende de medias tintas como es Julieta Castellanos, acompañada de un amplio respaldo social e internacional, entre ellos el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos, hicieron posible que el Congreso y el Poder Ejecutivo entraran de lleno al problema de la policía, máxime tras el retorno de la cita con personeros estadounidenses en Miami.
Al margen de las amenazas directas y veladas recibidas presuntamente desde la policía, donde la sensibilidad está a flor de piel, los legisladores no se intimidaron y aprobaron una acción trascendental para la seguridad ciudadana que de concretarse en espíritu y forma, nos dará esperanzas de que Honduras aun sea “recuperable”.
Tanto el presidente Lobo como el del Congreso, Juan Orlando Hernández, se fajaron en la fase final, hicieron lo correcto y lo oportuno. El decreto que acompaña la creación de la Comisión de Reforma para la Seguridad Pública incluye una serie de controles democráticos en materia de seguridad que son alentadores.
Asimismo, los requisitos que deben llenar los integrantes de la Comisión para la Reforma de la Seguridad Pública se salen de los tradicionales condicionantes con que se eligen ese tipo de cargos en este país. Ahí hay un buen filtro para la credibilidad y el trabajo intenso que se viene.
Compuesta por notables hondureños y extranjeros, esta Comisión certificará también la labor de la fiscalía y los tribunales de justicia, la otra cadena de colusión con la que muchas veces ha operado el crimen organizado en Honduras.
No será nada fácil. Los policías están incómodos y los fiscales también. Los jueces expectantes pero conscientes que estarán en la vitrina pública más de lo común. Pero, si el proceso de la policía se aplica con el tecnicismo y la rigurosidad que establece el decreto, el resto de los operadores de justicia no deben temer, en especial los que no tienen compromisos más que con la ley y la justicia.
Igual para los policías que los hay buenos y muy buenos. Cuando el ex oficial de policía, Saúl Bueso Mazariegos, explicaba el diagnóstico que efectuaron los colombianos a la policía nacional, uno no entiende cómo la seguridad de las personas estaba en manos de un ente tan contaminado y anárquico.
Bueso dijo que el divorcio entre la cadena de mando y los subalternos estaba lleno de “fracturas”, que los policías carecían de compromiso de servicio e identidad con la institución, que había una ausencia de liderazgo y que la corrupción era casi generalizada.
Y al caer en la investigación criminal, no tuvo tapujos en desnudar que ésta carece de ciencia y de técnica. Tanto policías como fiscales—dijo—trabajan en sus propias hipótesis, no aceptan otras, no hay continuidad en la investigación de los casos, no se verifica la información, en fin, no se aplica el rigor mínimo que exigen las técnicas investigativas.
Esa policía y esa fiscalía fue la que encontraron los expertos colombianos y lo plasmaron en su diagnóstico, hecho público en el congreso antes de aprobar la reestructuración policial que deberá culminar con una nueva policía, más confiable y más técnica y profesional dentro de tres años.
Los crímenes de Alfredo Landaverde y de Arístides González casi se encuentran en una “situación ínfima” de la investigación y en el caso de González, se indicó que el caso fue “congelado” por fiscales y policías en los últimos dos años. Vergüenza nacional.
De ahí que los integrantes de la nueva Comisión de Reforma no encontrarán un camino de rosas, deberán sortear muchas espinas, algunas venenosas, que apostarán por una Honduras impune, pero el pueblo, la sociedad y los periodistas, debemos cerrar filas porque el país se rescate, más allá de los miedos colectivos que intentan imponer los barones del crimen y sus cómplices. Este es solo el primer paso.

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