Con todo para encantar al electorado y para
ganar un proceso electoral siendo un jugador fuera de la política, un “outsider”
como se le conoce, el aspirante presidencial del Partido Anticorrupción (PAC),
Salvador Nasralla, parece trabajar para destruirse a sí mismo o justificar una
derrota el día de las elecciones.
Nasralla, un ingeniero de profesión, famoso por su
participación mediática como comentarista deportivo y un hondureño que sufre
con la Selección Nacional de Fútbol, decidió finalmente lanzarse al ruedo
político y buscar la Presidencia de la República, medida que generó un boom de
simpatías sin precedentes.