martes, 3 de septiembre de 2013

¿Tenemos País?

La reciente elección del Fiscal General y su Adjunto, marcada por hechos que avergüenzan e indignan a quienes aún tienen pudor y ética en este país, plantea un problema de fondo: ¿Qué tanto nos pertenece Honduras a los hondureños? ¿Tenemos País, aún?
Cuando dieron el golpe técnico institucional al poder Judicial con el desmembramiento de la Sala Constitucional, el País ya daba evidencias que se iba de las manos. Lo ocurrido con la elección del Fiscal General y su Adjunto plantea la duda si ese hecho fue o no la consumación legal de una Nación que todo indica cada vez nos pertenece menos.
Es obvio que esos cargos son políticos, que así se eligen aquí y en otros países. Lo cuestionable es la forma en que se dio, lo burdo del proceso, la impunidad de sus acciones y el deseo de imponer “como sea” los caprichos de quienes nos gobiernan.
Esa elección fue una cátedra de la pérdida de “caché” en el manejo del cabildeo y la incidencia política, la torpeza sustituyó a la inteligencia y si los rumores del tilín tilín son ciertos, éste ahora desplazó los liderazgos fuertes para dar paso a aquellos construidos a base de dinero. Liderazgos que se quiebran por las deslealtades.
Si así fuera, ¿todo se puede comprar en Honduras? ¿Todo es falso en este país? No lo creo, pero lo cierto es que la forma en que se eligió el Fiscal General y su Adjunto no fue para construir ni fortalecer institucionalidad, sino para destruirla. Es la apariencia.
Tremendo reto el de los ungidos por el poder para llegar a esos puestos, no solo deben devolver la credibilidad al Ministerio Público, sino que también cerciorarse de que serán funcionarios públicos creíbles y legítimos, es decir, desvanecer la sombra de la forma espuria con que fueron construidos sus nombramientos.
Legitimidad que también debe confrontar a lo interno el partido en el poder, El Nacional. Cuando un hombre de partido-partido como es el abogado Ivis Discua, tuvo la valentía de denunciar en las audiencias públicas lo que se venía con el proceso amañado, no es el criterio de un abogado cualquiera que se molestó por no ser electo. Es más que eso y quienes quieran disminuir cada frase expresada por Discua, no aprendieron entonces a leer Honduras ni a los propios nacionalistas.
En el Partido Liberal, los diputados que desoyeron el llamado sensato de un candidato presidencial que ha mostrado tener posiciones firmes en este tema y el del narcotráfico, solo evidenciaron que no querían dejar escapar la “oportunidad de su vida”, como bien graficó el parlamentario Marco Antonio Andino.
Muchas calles seguramente serán pavimentadas en la construcción de estas alianzas parlamentarias con el poder.
Estos diputados liberales que votaron por este proceso son, en su mayoría, de zonas con señales alarmantes según el Observatorio de la Violencia. Interesante lectura para quienes gustan analizar y estudiar a Honduras. Todo a veces, puede ser, casualidad.
El primer lugar—que ahora es Fiscal Adjunto—y el Fiscal General—que nunca estuvo en el primer lugar—dicen que reman en medio de una tormenta, su sapiencia quizá los logre llevar a aguas tranquilas, pero lo cierto es que siguiendo la línea partidaria del nacionalismo, los delincuentes en Honduras ahora tiemblan porque ¡tenemos fiscales!.¡Sí señor!
De momento, ambos han salido en una ofensiva oficial mediática interesante y seguro darán un par de golpes mediáticos antes de las elecciones, por aquello del compromiso con Honduras. Sus golpes que muchos avizoran como “sorprendentes”, quizá nos indiquen, de la mano de los ungidos, si ¿aún tenemos País? Es cuestión de tiempo. La duda debe seguir a la prensa.

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