lunes, 3 de septiembre de 2012

Las “perras” de la Independencia


En el mes de la independencia, el gobierno de Honduras ratificó su decisión soberana de separar de la Junta de Comandantes de las Fuerzas Armadas al jefe de la Fuerza Aérea Hondureña (FAH), el general Ruíz Pastor Landa, por violentar supuestamente unos protocolos internacionales que no han sido explicados a la opinión pública. Se descarta cualquier presión de Washington a raíz del derribo de unas narco avionetas en la nororiental región de Olancho.
Tegucigalpa niega que la visita del jefe del comando sur de Estados Unidos, Douglas Frasser, en la residencia particular del presidente Porfirio Lobo, en presencia de la embajadora de Estados Unidos, Lisa Kubiske, sea el motivo que originara  la separación del general Ruíz Pastor Landa, considerado uno de los hombres más profesionales  y honestos de las Fuerzas Armadas.
El presidente Lobo Sosa dijo que Frasser solo expresó “preocupaciones”, pero que Honduras era soberana de hacer los cambios correspondientes.  La nota del ministro de la Defensa, Marlon Pascua, ratifica esta “independencia”, pues comunica a la Cancillería la decisión soberana para que la oficialice a Washington. Conste, no es injerencia, son diálogos diplomáticos de rigor.
En la nota del secretario de la Defensa se menciona la cita entre los emisarios diplomáticos de Washington y el número uno de la Casa de Gobierno.
La separación de Pastor Landa aún no se entiende, pero en las perras del mes de septiembre se dice que en el derribo de las avionetas presuntamente con drogas venían agentes infiltrados de la agencia antidrogas de Estados Unidos, la DEA.
También se afirma, como los cuentos chinos, que Tegucigalpa tras la separación forzada—perdón soberana—del general Pastor Landa, analiza pedir a Washington, en reciprocidad, la separación del secretario de la Defensa de Estados Unidos, León Panetta.
La separación de Panetta,  estaría ligada, al parecer, a la participación de supuestos agentes de la DEA  en el tiroteo hecho a varios integrantes de una embarcación misquita, a quien confundieron con narcotraficantes. Los gobiernos de ambos países guardan silencio al respecto.
Otra de las causas porque Honduras pediría la dimisión de Panetta es por los constantes vuelos—no reportados—que agentes de Estados Unidos hacen en la zona de La Mosquitia, a donde el presidente Lobo viajó recientemente para ejercer soberanía con títulos de propiedad.
La determinación catracha de aplicar la reciprocidad y las relaciones de respeto entre Estados democráticos, respetuosos de la institucionalidad y el Estado de Derecho—como son Washington y Tegucigalpa—fue tomada por funcionarios de rango intermedio cuando se izaba la bandera de Honduras, la madrugada del sábado 1 de septiembre, y a cuyo acto no asistió ninguno de los presidentes de los tres poderes del Estado de Honduras.
Será un punto de acta del próximo Consejo de Ministros, en donde la voz cantante de la soberanía y la responsabilidad compartida, pero diferenciada, la tendrá la Secretaría de Relaciones Exteriores.
Pero Panetta, sostienen los cuentistas hondureños, no debe temblar, porque será hasta que Honduras cuente con su primera “Ciudad Modelo” cuando la responsabilidad compartida, pero diferenciada, se hará efectiva. Son las perras de Septiembre, si se lo creyó, le digo que soñar no cuesta nada.

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